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¿Eres de los que guardan lo mejor para el final? El cielo es lo mejor, y siempre es el último. Lo que la Biblia dice sobre el cielo y lo que describe es asombroso, y cómo todos podemos estar allí por la eternidad. 

Esto es lo que dice la Biblia acerca del Cielo, estas palabras dichas por el mismo Jesús:

La casa de mi Padre tiene muchas moradas;
si no fuera así, ¿
les habría dicho que voy allí a
prepararles un lugar?
Y si me voy y les preparo un lugar,
volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo estoy, también estén ustedes. — Juan 14:1-4

Imaginen esta escena por un momento; esta breve descripción del Cielo dice mucho sobre el lugar donde se encuentra. Jesús habla de la casa de su Padre, el Dios del universo. La casa con muchas habitaciones es el Cielo, y Dios creará un espacio diseñado para cada uno de nosotros en su casa.

Acabo de ver a mis hijos crear con cariño la habitación de su bebé. Aunque aún no lo conocen, tienen una idea de lo que les podría encantar: libros, peluches, cuadros y pintura fresca en las paredes. 

Nuestro Padre celestial nos conoce íntimamente y crea un espacio para que estemos con Él al morir. Él sabe que nunca querría vivir en una mansión, y sabe lo que amo: una pequeña cabaña rodeada de árboles, mi gente, libros y un arroyo. ¿Cómo es tu casa ideal? Porque ese es el espacio que Él está creando para ti. Hermoso, ¿verdad?

Para mí lo mejor de estos versículos es que Él regresará por mí para que yo pueda estar con Él para siempre .

Últimamente he pensado en el Cielo mientras observaba y escuchaba a dos amigos sentados junto a sus seres queridos en la vigilia del hospicio. Ayer di el pésame a otro amigo, y otro enfrenta un diagnóstico médico terminal. A menudo me despierto al amanecer, con la almohada manchada de lágrimas. Tengo la esperanza del Cielo mientras respiro profundamente y doy gracias por un nuevo día, una nueva oportunidad. Muchas mañanas, no estoy seguro de poder dar dos pasos adelante sin la esperanza del Cielo. 

Lo que dice la Biblia sobre quién va al cielo

Espero que la Biblia te convenza de que el Cielo es donde disfrutarás vivir por la eternidad. Quizás también tengas curiosidad por saber qué dice la Biblia sobre quién vivirá junto a ti en el Cielo. ¿Cómo llega la gente a la casa celestial que Dios ha preparado?

Nuevamente, la Biblia y las palabras de Jesús nos hablan de esto. Las palabras de Juan 3:16 son muy específicas y directas. Dios amó tanto al mundo y a todos los que lo habitan que envió a su hijo perfecto, Jesús, a morir en nuestro lugar. Obtenemos la vida eterna en el cielo si creemos en él y aceptamos su sacrificio por nosotros en la cruz.

Cuando Jesús colgaba de la cruz, demostró este versículo. Imaginemos esta escena. Jesús estaba rodeado de una multitud que lo abucheaba y dos hombres que habían cometido ofensas que merecían castigo. Mientras conversaban, uno de los ladrones admitió ser pecador y merecer castigo. Reconoció que Jesús no era culpable de ningún delito. Entonces le pidió que se acordara de él cuando llegara a su nuevo reino o al Cielo. Y entonces, Jesús respondió al instante, diciendo:

“…hoy estarás conmigo en el paraíso.” — Lucas 23:43 

No sé ustedes, pero ahora mismo estoy llorando con el peso de estas palabras. Primero, Jesús, en su dolor, le aseguró al ladrón que estaría en el Cielo. Fíjense en lo que Jesús no dijo: «Mmm, veo que no has llevado una vida ejemplar, que no has hecho esto o aquello, ni has ido a la iglesia todas las semanas». Jesús quería que el ladrón estuviera en el Cielo porque confesó su pecado y creyó en Él, incluso en el último minuto. Nos eligió a todos, pero al igual que el ladrón, debemos admitir nuestros pecados y creer que Jesús sacrificó su vida por nosotros.         

Nada que temer

Finalmente, quisiera compartir una última historia de mi vida. Me senté con mi madre mientras se acercaba lentamente a Jesús. Dios me dio un regalo tan grande en sus últimos momentos de vida. A pesar de haber seguido a Jesús durante muchos años, he luchado con la ansiedad. Todavía le temía a la muerte, al proceso y a la preocupación de ver morir a un ser querido. 

En esos últimos días, la Biblia y los himnos nos consolaron a todos. Dios estaba muy presente; sentía que mi familia y yo éramos los únicos que sufríamos en el universo. En los últimos momentos, mi papá estaba sentado, sosteniendo la mano de mi mamá. Yo estaba de pie a los pies de la cama. Mi mamá tenía los ojos cerrados y llevaba varios días sin hablar.

De repente, mi dulce papá dijo:
“ Lorrie, saluda a Jesús de mi parte, ¿de acuerdo?”

En ese preciso instante, abrió sus hermosos ojos azules, sonrió radiante, miró por encima de mi cabeza y exhaló su último aliento. Estaba convencido de que abrazó a Jesús mientras su alma abandonaba la habitación. Lloré de alegría, sabiendo sin lugar a dudas que la muerte no es algo que temer, sino algo que recibir. Mi madre saludó a Jesús en mi cumpleaños hace nueve años, y al hacerlo, Dios me dio un regalo fenomenal: estaba en casa con Jesús en su mansión, que estoy seguro se parece al querido hogar donde crecí.

En aquellos últimos días, leíamos la Biblia y escuchábamos música. Mientras escribía sobre el Cielo, esta canción de Greg Ferguson me llenó de alegría. Si tienen tiempo, reflexionen sobre esta letra. ¡Qué día será! 

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