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Sobre todo, deben comprender que en los últimos días vendrán burladores, que se burlarán y seguirán sus propios malos deseos. Dirán: "¿Dónde está esa 'venida' que prometió? Desde que murieron nuestros antepasados, todo sigue igual que desde el principio de la creación". Pero no olviden esto, queridos amigos: para el Señor un día es como mil años, y mil años son como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos entienden la tardanza. Al contrario, es paciente con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

2 Pedro 3:3-4, 8-9

Vi el cielo abierto y allí, ante mí, había un caballo blanco, cuyo jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia juzga y hace la guerra. Sus ojos son como llamas de fuego, y en su cabeza hay muchas coronas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce excepto él mismo. Está vestido con una túnica teñida en sangre, y su nombre es la Palabra de Dios.

Apocalipsis 19:11-13

"El doctor viene enseguida". Cuando escuchas estas palabras, ¿te sientas en el borde de tu silla de vinilo mirando la puerta, sabiendo que se abrirá en cualquier momento? Yo tampoco. Suelo sacar el móvil o abrir la revista que tengo en el bolso porque "enseguida" puede tener muchos significados. A veces la puerta se abre unos minutos después, y a veces me encuentro estudiando un diagrama del sistema digestivo, preguntándome si me han olvidado.

Esperar a Dios puede sentirse así. El tiempo de Dios es perfecto: perfecto para sus planes, pero no siempre para los nuestros. Solo vemos un lado de la puerta. Nuestro lado puede parecer tranquilo y silencioso. El tiempo avanza, pero las cosas permanecen estancadas. ¿Qué espera Dios? Sentimos que ya es hora de que actúe.

Pero no vemos el otro lado de la puerta, el lado donde Dios está trabajando, orquestando y moviendo.

He esperado en muchos consultorios médicos. He estudiado muchos carteles de anatomía y el tictac del reloj, pero hay algo que nunca ha sucedido. Nunca me han olvidado. El médico siempre viene.

Jesús viene. Puede que venga durante mi vida o muchos años después de que haya dejado esta tierra. A veces me pregunto si Dios ve todo lo que está sucediendo aquí abajo: la violencia, el dolor, el sufrimiento. ¿De verdad va a permitir que las cosas sigan así?

Entonces recuerdo que Él sabe. Él ve. No nos han olvidado. Podemos confiar en que Jesús regresará en el momento perfecto, y hasta entonces, Él permanece aquí con nosotros en Espíritu, ofreciéndonos el consuelo y la paz que verdaderamente solo pueden venir de Él.

Próximos pasos 

• ¿Estás pasando por momentos de espera? Compártelo con un amigo de confianza. Oren juntos y pídele a Dios que te recuerde que sigue ahí.
• Lee Apocalipsis 19:1-21 . Ten la seguridad de que Cristo vendrá un día. Derrotará todo mal y reinará para siempre.