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Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para demostrar que este poder supremo proviene de Dios y no de nosotros. Estamos atribulados por todos lados, pero no aplastados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; abatidos, pero no destruidos. Siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también se manifieste en nuestro cuerpo. Porque nosotros, los que vivimos, siempre estamos entregados a la muerte por causa de Jesús, para que su vida también se manifieste en nuestro cuerpo mortal. Así pues, la muerte actúa en nosotros, pero la vida actúa en ustedes.

Está escrito: «Creí, por lo tanto hablé». Puesto que tenemos ese mismo espíritu de fe, también creemos, por lo tanto hablamos, porque sabemos que quien resucitó al Señor Jesús de entre los muertos también nos resucitará con Jesús y nos presentará junto con ustedes a sí mismo. Todo esto es para su beneficio, para que la gracia que llega a más y más personas haga que la acción de gracias sobreabunde para la gloria de Dios.

2 Corintios 4:7–15

En el pasaje de hoy, Pablo nos recuerda que somos personas quebrantadas que viven en un mundo difícil, a menudo lleno de sufrimiento, dolor y egoísmo. Pero a pesar de esta verdad, a veces creemos tener pleno control sobre nuestras vidas, familias y relaciones. Esta falsa sensación de control es especialmente evidente para quienes vivimos en países prósperos como Estados Unidos, y era cierta para los corintios a quienes Pablo escribió. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a una crisis o a un momento difícil, podemos ver claramente nuestra fragilidad.  

Pablo nos recuerda que el amor, la gracia y el poder de Dios se guardan en vasijas de barro, una metáfora de nuestra humanidad. Nuestras vidas no deben centrarse en ejercer nuestro control o poder, sino en depender de las virtudes que solo Dios puede llenarnos: gracia, amor, gozo y poder celestial. Pablo también describe lo que les sucede a los seguidores de Cristo en medio de una crisis: ¡Dios se manifiesta! Cuando Dios se manifiesta a través de los seguidores de Cristo —a través de la iglesia local— podemos ser la esperanza del mundo. Podemos amar a Dios, amar a las personas y ayudar a cambiar el mundo porque Él vive en nosotros y actúa a través de nosotros. 

Willow, sigamos enfocados en la misión de la iglesia: ser amigos, amar y servir a quienes nos rodean y están necesitados. Mantengámonos comprometidos con las relaciones y comunidades donde Dios nos ha llamado a servir. Mantengámonos comprometidos con el poder y la gloria de Dios para sanar y transformar la vida de las personas.

Próximos pasos

• Ron Bueno compartió un mensaje sobre este pasaje durante el fin de semana. Si no tuviste oportunidad de escucharlo, dedica un tiempo a verlo o escucharlo.
• Celebración de la Esperanza (COH) de Willow para conocer algunos de nuestros socios globales.