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fin de semana pasado , Dave Dummitt lanzó nuestra serie, Somos Willow , con un mensaje titulado "Ama a Dios". Hay muchas maneras de demostrar nuestro amor por Dios: respetándonos a nosotros mismos, sirviendo y haciendo voluntariado, siendo generosos, pero una de las maneras más difíciles, y a la vez más profundas , de amar a Dios es amando a los demás.

Hay maneras sencillas de demostrar amor a Dios: diezmar, orar, ser voluntario en un servicio. Todas estas cosas son importantes, pero en nuestra vida, a menudo se guardan en un lugar específico. Tenemos nuestra caja de trabajo, nuestra caja de familia, nuestra caja social, etc. En cuanto a orar, diezmar y ser voluntario, quizás todo eso esté en la "caja de la iglesia", y nuestro amor por Dios no va mucho más allá. Es fantástico tener nuestra "caja de la iglesia", pero cuando decimos que amamos a Dios —de verdad, amamos a Dios— ese amor debería impactar todas nuestras cajas y cada rincón de nuestra vida.

Muchos amamos a Dios los domingos, pero vivimos como queremos de lunes a sábado. Pero cuando llega el domingo, sacamos de la caja de la iglesia nuestros diezmos, nuestras manos en oración y nuestras camisetas de voluntariado. ¿Y qué hay de las otras cajas? Nos comportamos con crueldad en lugar de ser amables en el trabajo, somos bruscos en lugar de pacientes con nuestras familias, y somos vulgares en lugar de alegres con nuestros amigos. Pero si decimos que amamos a Dios, ¿por qué nuestro amor por Él no influye en todos los aspectos de nuestra vida? 

El verdadero amor a Dios es radical y transformador; no se puede compartimentar y aprovechar solo los domingos. Cuando decimos que amamos a Dios y lo amamos plenamente, ese amor transforma nuestras vidas hasta el punto de que ya no vivimos para nosotros mismos, sino para Él. 

En Mateo 25:40 , se nos dice que cualquier bien que hagamos en la tierra en nombre de Dios, es como si lo hiciéramos para Él. Es un tipo de amor que no se puede encapsular; se libera y se derrama en cada área de nuestra vida. Cuando nos entregamos por completo a Dios y dejamos que su amor nos inunde, su amor se extiende a otros a través de nosotros . Su amor irradiará a través de nosotros en nuestro trabajo, familia y vida social. No será un amor que viva solo los domingos, sino cada día, en cada respiro que tomamos.

A medida que avanzamos en este nuevo año, comprometámonos a amar a Dios, leer Su Palabra y dejar que Su luz brille intensamente a través de nosotros hacia todas las personas que encontremos.

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